Seis borregos de Boyano para hundir un poco más Zaragoza

Seis borregos de Boyano impresentables e inválidos para hundir y humillar un poco más Zaragoza. Víctor Hernández optó por buscar el aplauso fácil y se encontró con dos orejas (una y una) de regalo. Sobresalió el buen corte y gusto de Jorge Martínez, a pesar de no tener oponentes. El novillero local Javier Poley mostró ambición y recibió una fea cornada en el muslo.

La última de las novilladas picadas de esta Feria del Pilar llevaba el hierro de los Hnos. Boyano, al igual que la sin picadores del primer día. Lo cierto es que apenas hubo diferencia entre ambos lotes, los novillos parecían erales. Animales totalmente impresentables para cualquier plaza de primera, escasos de carnes, sin remate y sin cara. También presentaban unos pitones antinaturales, sospechosamente afeitados. Evidentemente, tras el tercio de varas, apenas se tenían en pie. Ninguno de los seis fue válido para la lidia. Se devolvió sólo el cuarto, y en su lugar salió uno de Sánchez herrero, muy justo de fuerzas, pero con más posibilidades.

Víctor Hernández fue, numéricamente, el triunfador del festejo cortando una oreja a cada novillo. Ambas faenas se basaron en tratar de mantener en pie a dos babosas. Toreo a media altura, sin estar cruzado, vaciando las embestidas para afuera y con más adornos y desplantes que otra cosa. El público, muy generoso, le pidió la oreja en ambas faenas. Hay torero para mucho más de lo que se vio.

Quien sí destacó por sus buenas formas fue Jorge Martínez. Nos quedamos con ganas de verlo, ya que los oponentes que tuvo fueron prácticamente inexistentes. Buenos recibos y quites con el capote, mostrando variedad y dominio. Con la muleta, siempre erguido y templado, tuvo que hacerlo todo a media altura para que los de Boyano no cayeran, y aún así fue imposible. Una pena tan poco novillo para tanto novillero.

El zaragozano Javier Poley se le vio más verde que a sus compañeros, como es lógico y normal, pues era su cuarta novillada picada. Aún así, Poley no se dejó nada guardado y mostró ambición y ganas de triunfar. A su primer novillo le costó entenderlo y poderlo, y la faena tuvo demasiados enganchones. Se tiró a matar con todo y recibió una fea cornada en el muslo. Salió a lidiar el último de tarde y aquí estuvo más sereno. Un inicio de rodillas en los medios y varias series ligadas, aunque algo fuera de sitio, le sirvió para dar una vuelta al ruedo tras una estocada tendida.

Infumable novillada de Boyano, así es muy difícil ver cosas. Se confirma así pues, lo que cualquier aficionado preveía, y es que este hierro nunca debería haber estado anunciado en una novillada picada en La Misericordia. Tardes así echan al público de la plaza y cabrean a los aficionados, sobre todo, cuando ya van cuatro seguidas y la feria no remonta de ninguna manera.

NOTAS: Víctor Hernández 4, Jorge Martínez 6, Javier Poley 4.