Tarde muy dura en La Misericordia
- Murciégalo
- 14 oct 2019
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Tarde muy dura en La Misericordia, la tragedia se quiso apoderar en un festejo amargo y muy difícil de llevar. El banderillero Mariano de la Viña, de la cuadrilla de Enrique Ponce, era corneado hasta dos veces en una dramática cogida donde el toro le arrancó las arterias femoral superficial e iliaca interna. La plaza se enmudeció al ver la cantidad de sangre derramada por el torero sobre el albero. Ponce, El Juli y Perera lidiaban reses de Montalvo para cerrar la Feria del Pilar 2019.
Montalvo regresaba a Zaragoza tras el triunfo del año pasado y con Melonero en el recuerdo, un gran toro cuajado por Lorenzo la pasada feria del Pilar. Esta vez la corrida no tenía la misma estampa. Encierro desigual de presentación y de comportamiento manso y muy complicado. El primero fue soso. Segundo y tercero parados. Un cuarto con sentido y deslucido. El quinto con movilidad. Y un sobrero que hacía sexto muy complicado.
Enrique Ponce abría cartel. Faena despegada y con poca transmisión basada en el pitón derecho. Anduvo muy mal con los aceros y, tras infinitos intentos con el descabello, el toro se echó del aburrimiento. Bronca para el matador. El cuarto se emplazó de salida. El subalterno Mariano de la Viña fue a pararlo con la capa, cuando el animal se le cruzó y le arrolló tirándolo al suelo donde fue corneado hasta dos veces de muy fea manera, hasta que llegó por fin un quite eficaz tardío. La plaza se quedaba helada al ver el charco de sangre en el albero y el rastro que el torero dejaba mientras los compañeros lo trasladaban hasta la enfermería. Todos los presentes eran conscientes de la gravedad del percance. Con la incertidumbre y angustia seguiría la tarde. Ponce pasaportó a Sigiloso, que fue abroncado en el arrastre.

El segundo de la tarde alcanzó al banderillero José María Soler en banderillas. El Juli comenzó la faena con la derecha y a medida que esta el avanzaba el toro se iba parando. El madrileño no llego a acomodarse con él y mató de estocada trasera. Al quinto consiguió sacarle algún muletazo por el izquierdo pero sin llegar a coger vuelo la faena. Mal con la espada, fue silenciada su tarde.
Miguel Ángel Perera estuvo muy digno con el tercero. Después de un gran tercio de banderillas de Curro Javier, el extremeño recitó cuatro naturales verdaderamente buenos a un animal complicado pero que respondía cuando se le hacían las cosas bien. No fue la faena a más y todo quedó en una ovación. El sexto era un sobrero del mismo hierro, de nombre Caporal. A la salida del caballo, el animal le quitó el capote a Miguel Ángel y le persiguió hasta alcanzarlo y propinarle una cornada en el muslo. Ponce se hizo cargo de la lidia con la plaza sobrecogida e inundada de terror. El toro había desarrollado mucho sentido y el diestro veterano estuvo soberbio con él. En lugar de pasaportarlo rápido para terminar con la incómoda situación, llevo a cabo una faena llena de profesionalidad tocándole los costados al animal. Así se llegaba al fin de una angustiosa corrida.
Tarde muy dura y complicada en La Misericordia para cerrar la temporada. Una corrida muy exigente y mala de Montalvo que puso en apuros a los profesionales. Recalcar la mala colocación de estos para hacer el quite en varios tercios de banderillas y durante alguna lidia. Por último, destacar sobre todo lo demás la gran labor del equipo médico de la Plaza de Toros de Zaragoza, que un domingo 13 de octubre obró el milagro y consiguió devolverle la vida a un torero herido de extrema gravedad.
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