Demasiado poco
- Murciégalo
- 28 sept 2018
- 2 Min. de lectura
Demasiado poco para abrir la temporada en Zaragoza.
Por fin se abrían las puertas de La Misericordia tras un complicado y entramado proceso administrativo que nos ha tenido a los aficionados maños con la incertidumbre de no saber que ocurriría con la temporada 2018. La Feria de San Jorge quedó suspendida pero los festejos se darían el la preferia del Pilar.
De esta manera el primer festejo de la temporada quedó en un interesante cartel con novillos de Aurelio Hernando para el aragonés Miguel Cuartero, que fue sustituido tras un percance por Marcos, Rafael González y David Salvador.
El encierro de Aurelio Hernando, de correcta presentación, no terminó de romper y resultó flojo, descastado y soso, a excepción del buen quinto de nombre Bombín. La terna novilleril tampoco tuvo una tarde muy acertada y el festejo llegó a pesar en los aficionados maños que cubrían algo más de una cuarta parte de los tendidos.
Los mejores momentos de la tarde llegaron al natural por parte de Rafael González al novillo que abría el festejo. La falta de fuerzas del animal y el mal uso de la espada no permitieron redondear la faena al novillero madrileño que dejó buenas sensaciones en los aficionados. En su segundo no tuvo mucho de donde sacar, aún así se mostró voluntarioso.
Marcos andó bien en el toreo de capa en su primero que se apagó pronto. Su segundo novillo destacó sobre sus hermanos, no tuvo nada que ver con el resto. Cumplió en varas y en el tercio de muerte estuvo por encima del novillero. Marcos se enfrentaba a un animal encastado, con trasmisión y que pedía las cosas bien hechas. Sin embargo, los múltiples enganchones y la falta de temple y ajuste hicieron que la faena no tomara altos vuelos. Aún así, una buena y eficaz estocada sumadas a alguna serie que llegaron a los tendidos le permitieron pasear un trofeo del novillo que fue ovacionado merecidamente en el arrastre.

David Salvador exprimió todo lo que pudo a su primer novillo. Mató de estocada y tras la petición de oreja, no concedida por el presidente de forma correcta, dió una vuelta al ruedo. Fue silenciado en el sexto en un pasaje apático.
No fue una gran tarde en el Coso de la Misericordia. Un encierro falto de casta y unos novilleros con muchas carencias. Fernando Sánchez volvió a dar una lección de torería. Los picadores cobraron sin apenas trabajar.
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